Hay cuatro letras que separadas quizás no dicen nada, pero unidas apuntan directo a tu corazón: Amar. No hay nadie aquí presente a quién no le mueva esta sencillez.
¿Existe realmente otra voluntad? ¿Hay algo que apunte más directo a nuestro único deseo?
Amar siempre ha sido la respuesta que borra toda pregunta, el latido de perdón que disipa toda falsa limitación, la cordura que nos demuestra que jamás hay error, ni lo habrá. Es aquello que nos desvela que la creencia de que no podíamos dar es solo una ilusión. Amar nos recuerda con humildad que el poder siempre ha estado Presente y es compartido.
¿Te abres a verte totalmente libre? ¿Te atreves a translucir el poder del Amor ahora?
No hay separación. En la quietud vemos con suma claridad lo que habíamos creído ser y no somos. Y con ello brota gratitud, una alegría conocida y gentil. La Paz es preciosamente nítida. Desde este amado lugar, comprendemos que el conflicto no es nuestra verdadera voluntad, no hay nada contra lo que luchar porque no es verdad. Inmersos en esta comprensión ante el más leve pinchazo de sufrimiento o confusión, podemos aceptar la conciencia de la Realidad, y seguir descansando en este baile vivencial llamado despertar. En sostén y confianza total, en el libre fluir de la Vida presente.
(Extraído del prólogo escrito por Nuria Guinart, de Soy Expresión Volumen 2).