Entre 1955 y 1956, el fotógrafo Robert Frank viajó por Estados Unidos con una beca Guggenheim con el fin de fotografiar a gente corriente en su día a día. Su libro Los americanos (1959) se convertiría en piedra de toque de la identidad estadounidense y en un hito de la historia de la fotografía. Sin embargo, cuando Frank empezó a dedicarse al cine, la mayor parte de su obra fotográfica temprana cayó en el olvido. Este libro se centra en la obra estadounidense de Frank correspondiente a la década de 1950. Son imágenes muy poco conocidas o inéditas que muestran cómo las raíces profesionales del fotógrafo se hunden en el periodismo gráfico, y cuáles fueron las innovadoras estrategias visuales que le permitieron forjar una identidad artística independiente de la que preconizaban revistas dominantes de la época, como Life.