Este volumen presenta el magnífico conjunto de 82 retratos y 1 bodegón que el aclamado pintor británico David Hockney ha pintado recientemente y que se expone ahora en el Museo Guggenheim de Bilbao.
Con esta serie, Hockney reivindica el género pictórico del retrato, que lleva cultivando más de seis décadas. Considera que la pintura permite condensar el tiempo en la obra artística y así reflejar la enorme riqueza que poseen cada rostro y cada figura. A los más de ochenta retratos de personas de su círculo personal, Hockney añade un único bodegón, que sirve para revalorizar otro género tradicional de la pintura: la naturaleza muerta.
Todas las obras han sido realizadas en el mismo formato y fondo neutro, en una silla tapizada en blanco ubicada sobre una plataforma. El artista dedicó una media de tres días a pintar al acrílico cada uno de los retratos, con sesiones de hasta siete horas diarias. De la intensidad de este proceso, que tiene lugar en completo silencio, dan fe algunos de los retratados, que han llegado a decir que la mirada del artista es tan penetrante que se dirige al centro del alma.