(Meg Murry no puede evitar sentirse un poco preocupada cuando su pequeño hermano de seis años de edad anuncia, sin reparo ni preocupación, que ha visto dragones en el jardín de la casa. Por supuesto que Charles Wallace ha sido siempre un poco diferente —extraño incluso—, aunque también brillante, pero Meg sabe muy bien que él sufre de una enigmática y terrible enfermedad, y esos «dragones» que ha visto en el jardín no pueden ser sino una monstruosa entidad que ayudará a su hermano a luchar contra el mal que lo aqueja. Meg, Charles y Calvin deberán librar esa batalla a lo largo y ancho del espacio exterior.)