PRÍNCIPE VALIENTE 1957-1958: En los dos años de aventuras que recoge este libro hay abundantes momentos que calan hondo en el lector. Las dos crisis de espiritualidad por las que pasa Valiente. Una cuando se cree deshonrado tras hacer su juramento de servicio a un nuevo rey loco cuyas mazmorras y torturas quizá remiten a los campos de concentración de Adolf Hitler. Y la otra crisis de espiritualidad es cuando, horrorizado por su instante de salvajismo y su sed de venganza, arroja al mar la Espada que Canta.
Todos los seguidores de Valiente sabréis que no son los únicos momentos que ponen un nudo en la garganta a los lectores. No puede olvidarse el momento del descubrimiento del joven aprendiz de caballero muerto en el potro, ni la serena locura del patricio romano que espera inútilmente un regreso a la grandeza.