La inspiración para la vida y obra del poeta Paul Éluard
Nusch encarna un poderoso vínculo de posesión-dominación erótica que la une a Paul. Paul sueña. A Paul le gusta soñar con el cuerpo de Nusch. Goza al pensar en el cuerpo de Nusch gozando. Paul y Nusch comparten secretos eróticos impublicables que sellan su juramento de amor. Todo tipo de rumores circulan en torno al poeta desde que comparte sus días y sus noches con Nusch: pervertido sexual, obseso, amante de las orgías, libertino... pero también impotente. Más allá de unos cuantos collages, la verdadera obra creativa de Nusch (1906-1946) fueron sus años de convivencia con Paul Éluard. En ellos, rompiendo todos los tabúes que la sociedad imponía a la mujer de su tiempo, Nusch hizo de su cuerpo una página en blanco donde el poeta proyectaba el amplio abanico de sus deseos eróticos y encontraba inspiración para su vida y sus poemas. Chantal Vieuille realiza un ejercicio de recomposición biográfica sobre quien fuera icono del surrealismo.