“Mi ilustre maestro y amigo”, escribe Emilia Pardo Bazán a Benito Pérez Galdós en 1883. “Querido y respetado maestro”, un año más tarde. “Amigo querido”, en 1886, firmando “soy de usted amiga, admiradora y compañera” treinta y tantas cartas después. “Miquiño mío del alma” le dice en mayo de 1889, avisándole de que el sábado siguiente podrá “besar mi escultural geta gallega”, si se encuentran por casualidad. Un año más tarde, ya Galdós ha pasado a ser su “caro roedor literario” y, bien entrado el siglo siguiente, firma aún las misivas “su invariable amiga Emilia”. Ambos intercambiaron una intensa correspondencia entre 1883 y 1915, que fueron los años más creativos de sus vidas.
Esta recopilación de cartas muestra a la escritora coruñesa como una mujer inclasificable, tolerante con las ideas ajenas, viajera incansable y pertinaz luchadora por los derechos de las mujeres.
Además, desfilan por estas páginas literatura y también intrigas académicas, discusiones entre creadores..., pero sobre todo amor, amistad y admiración entre dos genios de su tiempo.