Si trabajamos, hacemos la compra y nos formamos online, ¿cómo no íbamos a buscar pareja online?
Cada vez oímos más “Nos conocimos en Tinder/Meetic/Happn/ Match.com/Badoo/Grindr…”. Los algoritmos de estas apps están transformando las relaciones personales.
Si se miran con atención, reflejan mucho más que selfies con barba o morros rojos. A partir de su experiencia personal, la autora narra, por ejemplo, cómo acabamos convertidos en un producto que conforma ese catálogo de personas disponibles.
Sin embargo, tras una interfaz fácil y novedosa, ¿puede que las relaciones funcionen (o fracasen estrepitosamente) reproduciendo las mismas reglas de siempre?