"Aunque se ocupa sobre todo de los principios generales de la crítica literaria" éste es también un libro recomendable para "quien quiera reírse con ganas": en él se muestra que "muchas personas que se dirían amantes de la poesía no tienen mayor idea de cómo distinguir un poema bueno de uno malo de la que un perro tiene de la aritmética".
Así acogió George Orwell esta obra de Richards, uno de los fundadores indiscutibles de la crítica moderna. No está tan extendida la noción de que, antes de interpretar o citar críticos hay que saber leer como para que crítica práctica haya perdido actualidad. El lector puede hacer como Orwell: someterse a los experimentos que aquí se describen y comprobar si necesita, como tal vez todos los que hablamos de poesía, una cura de modestia.