Desde dos gatitos hasta vacas saltando por encima de la luna y cuencos de cereales, las familiares imágenes con que su padre, Clement Hurd ilustró en 1947 este inolvidable libro, inspiraron a Thacher Hurd a idear Goodnight Moon 123.
Las mismas imágenes reconfortantes, que nos han acompañado desde hace más de setenta años, encuentran una nueva forma, como libro para aprender los números, de este clásico de la literatura infantil del que se han vendido más de 16 millones de copias en todo el mundo.