Cómo vivir en la incertidumbre sin rendirse al conformismo o la desilusión y cómo prepararnos para el futuro son preguntas que enseguida encienden el debate.
Ante ellas, Santiago Beruete, filósofo y jardinero, nos invita a situarnos en el mundo como aprendices. Esa es una de las grandes cualidades que tenemos como seres humanos.
Desde su original y vital perspectiva, cultivar es una acepción del verbo educar. Así, “quien educa tiene un jardinero en su interior porque siembra la semilla de la curiosidad para que sus alumnos florezcan por dentro”. A través de su experiencia nos propone volver la mirada a la naturaleza en busca de respuestas. Y es que solo una persona cultivada, en continuo aprendizaje, desarrolla la actitud filosófica y el espíritu crítico necesarios para abordar una tarea imprescindible: imaginar un futuro diferente.